Eladio López Yabén celebró el pasado sábado sus 50 años como sacerdote en la iglesia de Santa María con una misa, convertida en un homenaje a una de las personas más queridas, seguramente de todos los tiempos, de la localidad. El ex párroco expresó constantemente las «gracias» por los más de 30 años en la localidad, «la mejor etapa de su vida», en sus propias palabras; los vecinos se las devolvieron.
En tiempos de distancia de seguridad, de miedo y de polarización, este fin de semana regresó a la que siempre será su casa el hombre que probablemente mayor unidad y cariño, sin ápice de discordia, haya generado en Villaviciosa de Odón durante las últimas cuatro décadas. Más de treinta años estuvo aquí y hace más de once que se marchó, pero la devoción que genera su bondad, también entre los no creyentes, aún se mantiene en el recuerdo. Y prueba de ello fue lo sucedido el pasado sábado, el primer acto multitudinario de la «nueva normalidad». Quizá no era casualidad para tratar de volver a arrancar.
El calor, atmosférico y humano, recorrió los pasillos de la iglesia de Santa María, que lógicamente presentaba una estampa inusual e histórica: mismo número de mascarillas que de personas. «Las caretas éstas» las llamó Eladio, que entró y salió con ella puesta, pero que se la retiró para dar una «no homilía, no sé muy bien el qué». «Hace once años que no me subía aquí», palpando bien el suelo que pisaba y proseguir dando las gracias «por todo lo que he tenido» y pedir perdón «por lo que no he hecho bien».
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Villaviciosa de Odón homenajeó a Eladio López Yabén, para siempre su cura más querido