En una tarde-noche tan lluviosa como fue la del viernes 4 de noviembre en Guadalajara, un buen concierto de rap era una de las mejores opciones posibles a elegir para disfrutarla. Y eso fue lo que ofreció el maestro Sho-Hai en una Sala Óxido que respondió a la cita. Tanto las nuevas juventudes, más apegadas a este primer cd en solitario del rapero zaragozano llamado Doble Vida o a los últimos trabajos de Violadores del Verso, como la vieja guardia que sobrepasaba el cuarto de vida, disfrutaron de hora y media de espectáculo, de un maestro Sho-Hai en toda su esencia. Más profundidad de lo que aparenta, depresión, alcoholismo, odio y mucho amor del que se escribe con H.
Al escenario salió Hate, uno de sus aka’s (As Known As o alias), pasada ligeramente la medianoche junto a Mc Ossian y a R de Rumba, el DJ que le lleva acompañando desde la época de Bufank, uno de los grupos germen de Doble V. Durante esos noventa minutos Sergio Rodríguez rapeó todos los temas de este Doble Vida, que en su caso explica la dicotomía inevitable entre la persona y el artista. Este disco nació con la responsabilidad de ser el primero en salir después de que Violadores del Verso decidiera aparcar momentáneamente su carrera como grupo para potenciar la de sus miembros en solitario –el de Kase.O saldrá a principios de diciembre y el de Lírico en 2012-.
El estilo del maestro Sho-Hai, muy presente
Las letras de Doble Vida cogen más fuerza aún en directo gracias a un Sho-Hai con muchas tablas. Su estilo hardcore, rabioso, de buena dicción, con sentimiento, a ratos melancólico, llenó el escenario y conectó con el público presente. ‘De paso’, ‘Océano’, ‘Infierno’ o ‘Nada y todo’ fueron sonando en la Óxido, entre mensajes en contra de políticos y del clero. También hubo hueco para los mensajes vitalistas con pesimismo incorporado, y para frases con ingenio de moraleja escondida. “Nunca os enamoréis de una botella… y si es de agua menos” recalcó Sho-Hai unos minutos antes de empezar a cantar el single de Doble Vida y uno de los temas más esperados de la noche.
‘Ella’, esa historia de amor a una botella, fue el momento álgido de la velada para esas nuevas juventudes. Los maduritos gozaron del toque nostálgico que significó ‘La reunión’ de Bufank y el refrito apilado de trozos de sus canciones con Doble V. Fue precisamente ‘El rey de las cantinas’, su himno por excelencia de su etapa conjunta con Kase.O, Lírico y R de Rumba, el primero de sus dos bis con los que brindó al respetable.
“No podía irme si cantar ésta” explicó un Gran Mago Beodo –otro de sus apodos- que visitaba por primera vez Guadalajara, a la que agradeció esta sesión de rap. Sho-Hai terminó el concierto con el tema que lleva su nombre, recordándonos que el paso del tiempo es inevitable, la evolución también y que los tiempos actuales, quizá, tampoco sean tan malos. Como dice Kase.O en el tema ‘Ocho líneas’: “Hate es el rap”. Sigue siendo el rap. Larga vida –y doble- para él.
Crónica publicada aquí en la revista EseDosUno.