Los empates de Villarreal y Celta hacen que la salvación no se le aleje mucho más a los de Jémez, que cayeron en Ipurúa (2-1). Pozo adelantó al Rayo, pero el Eibar le dio la vuelta en la segunda mitad.
No es buena señal que lo mejor que te suceda no le tenga a uno como protagonista. Y eso es lo que le ha pasado al Rayo en esta jornada intersemanal, en la que la combinación de su resultado y el de los demás continúa situando la permanencia a dos partidos. Pero son dos encuentros que hay que ganar, claro, y solo quedan ocho jornadas. Y se viene de no sumar los tres puntos en ninguna de las nueve últimas…y desde luego el camino de Eibar no es el adecuado para cambiar la tendencia.
Saltaron los armeros al campo de la manera más habitual cada vez que son ellos los locales: mordiendo y combinando. Los rincones de Ipurúa no tienen secretos para los de Mendilibar, que en diez minutos ya se habían aproximado tres veces con peligro. Se repetiría un patrón que en el segundo tiempo fue mortal: jugada que arranca por la izquierda y se finaliza en el otro costado. En este inicio los ejecutores fueron Carmona y Rubén Peña dos veces, ese lateral obrero y anti-moderno que ocupa cuando quiere todo el carril. Su compañero de banda, el ardiente Orellana, esta vez estaría más apagado para fortuna rayista, que veía sufrir a sus laterales, en especial a Álex Moreno, quien por otro lado sí pinchaba como una aguja arriba y creaba angustia en los vascos.
Los mismos once jugadores que pasaron por encima del Betis se fueron sacudiendo el agobio hacia la mitad del primer tiempo, con Bebé entrando en juego y con RDT finalizando.
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Foto: Pedro León anotó el gol de la victoria del Eibar frente al Rayo. Fuente: cordonpress.com