Los laterales Lucas y Arias marcan en la cómoda victoria de los colchoneros ante el Huesca (0-3). Koke, que jugaba su partido 400 con la rojiblanca, también anotó. Los locales solo inquietaron al principio.
La niebla instalada en El Alcoraz dibujaba una especie de metáfora de cómo llegaban ambos equipos al encuentro. Los altoaragoneses, muy hundidos en el último puesto, necesitan puntuar a un ritmo mucho mayor si quieren ver la costa de la salvación. Simeone y los suyos, por su parte, se enfrentaban a la resaca de la eliminación copera y al síndrome del parte médico, que provoca que su banquillo a día de hoy sea pura generación Z. Dan prueba de ello los dos debutantes de la tarde: Mollejo (17 años) y Joaquín (19). Lo harían tranquilos y con los puntos ya en la zamarra de los visitantes.
Los focos (antiniebla) apuntaban al principio del choque a Enric Gallego, por su maduro debut en Primera (32 años), y a Lucas Hernández, de vuelta en la competición doméstica tras los rumores muniqueses. Fue el barcelonés el primero de los protagonistas, asistiendo de cabeza a Ferreiro y luego al Cucho Hernández para que errasen dos oportunidades, especialmente clara la del colombiano. El joven delantero se topó con el milagro de todos los días de Oblak, que se hizo enorme en un mano a mano no mal ejecutado por el jugador del Huesca. Igual de peligrosa, y antes en el tiempo (minuto 11), fue la tijera que mandó al palo el ex atlético Pulido, lateral izquierdo este sábado en sustitución del habitual Akapo.
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Foto: Griezmann y Miramón acompañados por la niebla, protagonista del Huesca-Atleti. Fuente: Cordonpress.com