Los balcánicos cumplen los pronósticos y, guiados por Cilic, consiguen la segunda Copa Davis de su historia, la última sobre el tradicional formato. Los franceses, con peor equipo y mermados por las lesiones, se quedan sin revalidar título y sin sumar ni un set en individuales.
Es totalmente admirable, hasta enternecedor, cómo un país que supera por poco los 4 millones de habitantes y con solo 27 años de historia como nación independiente tenga tamaño gen competitivo. Se ha visto una y mil veces en baloncesto; en fútbol tuvimos la gran demostración este verano, cuando a base de coraje y calidad estuvieron a punto de ganar el Mundial y en tenis no se quedan cortos.
En 2005 levantaron su primera Ensaladera, comandados por Ivan Ljubicic y Mario Ancic, y en 2016 Argentina les arrebató en Zagreb, de forma muy dolorosa, la que hubiese sido la segunda. Este fin de semana Marin Cilic, que hace dos años perdió el punto clave ante Del Potro, se ha desquitado ganando dos partidos, incluido el definitivo contra Lucas Pouille, para darle la victoria en la Davis a la pequeña gran Croacia.
Que un clavo saca otro clavo es una verdad a medias pero que cualquier venganza otorga un sabroso regusto parece algo menos cuestionable.
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Foto: Croacia, con la Copa Davis recién ganada. Fuente: @DavisCup