El sevillano, uno de los nombres claves del hip-hop español de las dos últimas décadas, publica con Blackie Books su primer libro, una mezcla de sincericidio y catársis personal. «Memorias de encierro, rimas y tiburones blancos» ahonda en temáticas que intuíamos en sus letras y demuestra por el formato -la prosa- y el estilo -el de siempre, gamberro, ácido, contundente, cultivado, inteligente,sensible- que Tote nunca ha sido un rapero cualquiera.
Las instrumentales le encorsetaban y las canciones se le quedaban cortas. Eso ha venido a decir Manuel González, aka Tote King, como uno de los motivos que le ha llevado a emprender, también en sus propias palabras, el proyecto artístico más importante de su vida. La promoción, ejemplificada con la maravillosa presentación en la Fundación Telefónica que puede verse al final del post, ha servido de manual hacia el escritor primerizo: de cómo las rimas se han convertido en páginas y páginas y de cómo encontrar el chispazo y el tema central que encierra cualquier obra.
El relato ha quedado bonito. Tote, que idolatraba al escritor Enrique Vilas-Matas, consiguió por casualidad su correo electrónico y a partir de ahí comenzó una correspondencia epistolar made in siglo XXI, con recomendaciones literarias del admirado al admirador, y que terminó con la petición del narrador al músico de un texto para su web. La experiencia del andaluz con unos tiburones blancos fue la mecha que precipitó que llegase todo lo demás, un proceso de limpieza interna animado por el reciente fallecimiento de su padre, persona capital en su vida y al que ya le había escrito el mejor tema que un hijo puede componer.
«Qué fácil es escribir cuando no estoy mintiendo», dice en esta carta rapeada. ‘Búnker’ no deja de ser unas memorias y las canciones no dejan de envolver en muchas ocasiones al artista en primera persona, por lo que quienes conocen sus rimas y han recorrido su discografía pueden imaginarse adelantos, promos, de lo que luego recibirán en el libro, apto en cualquier caso para seguidores y para los que no lo son (eran). Solo que los primeros refrescarán cierta información. Pero para todos hay sorpresas. Una cartografía escrita de la Sevilla desde los años 90, por ejemplo. Manuel González se abre paso sobre Tote, sobre parte de Tote, como René sobre Residente, como Javier Ibarra sobre Kase.O, en esa dicotomía artista-persona contra los que muchos parecen querer dejar de luchar hacia los 40, cuando han estabilizado su vida y han calmado ciertos demonios.
En cualquier caso, el rapero de Alcántara, otro de sus ápodos, ya había ido dando pistas en repasos bibliográficos como Puzzle o en desnudos existenciales como Bartleby, donde homenajea con el título y la intro al propio Vilas-Matas. Los ocho minutos que duran ambos temas es lo más parecido a un trailer de este ensayo novelado escrito al estilo Tote: adictivo, punzante, divertido, profundo y una fuente de cultura a base de referencias musicales y literarias, principalmente.
El Tote del hip-hop siempre había presumido de honestidad, hasta en las canciones de vacile y fanfarronería, de egotrip llamada en la jerga, en las que criticaba lo que parodiaba, en la que se le intuía pose sobre la pose. Esta vez el Tote escritor no se eleva a la torre de marfil sino que desecha capas, baja al búnker y ataca y se ataca por decisión propia. «Viajar a tus recuerdos es buscar pelea», reza la contraportada y a él se le quedó grabada una crítica de su época universitaria, en la que le apuntaban que escribía bien sobre lo que odiaba pero…¿y de lo que le gusta?
Resulta que de su alrededor no le gusta casi nada y la muerte de su padre le ha terminado de enfadar con el mundo; que la persona que más le boicotea es él mismo; por su inseguridad, por sus TOC’s, por su síndrome de impostor. Pero en este viaje del Héroe -permítaseme la referencia a uno de sus discos- la escritura sobre sus pasos en modo sincericidio, sin artificios, es un lavado de estómago que termina con la aceptación propia, la relajación con su circunstancia, una evolución con la misma moraleja que American History X pero con distinto final. Es «el odio es un lastre» que comenta su hermano Shotta, también rapero, en su tema más conocido. 232 páginas después, Tote parece haberlo entendido todo.
Y nosotros, escriba lo que escriba después, lo celebramos. Por lo que vaya a venir pero también por lo que hemos disfrutado leyendo su redención.
PD: Ah, nosotros también te perdonamos si estas respuestas no las distes tú.