Aprender a mirar
Apenas somos conscientes de hasta qué punto estamos expuestos a la información. Sin embargo, una vez que empezamos a reparar en el hecho de que nos invaden los medios de comunicación, en televisión, en periódicos, en redes sociales, anuncios en vallas publicitarias, en marquesinas de autobús, en las revistas que leemos a la espera de entrar a la consulta del médico, etc., entendemos que son muchas las voces que nos moldean e intentan ganar adeptos para sus causas. Y con ello, a la traducción.
Los traductores, como los periodistas, a veces nos hacemos visibles, como aquella ocasión en la que Mourinho recriminaba a su intérprete que lo que él traducía para su audiencia en la rueda de prensa no era lo que él había dicho, pero la mayor parte de las veces pasamos desapercibidos, siendo esta forma, para la mayor parte del público en general, la señal de que hacemos un buen trabajo.
Traducción es intervención
Sin embargo, en estas líneas me apetecería destacar el valor del intervencionismo, de la voz de una misma, si se me permite hablar en femenino, después de haber escrito cientos de folios de trabajos académicos en los que utilizo el plural inclusivo y apenas me dejo oír. Entre miles de corrientes informativas, millones de imágenes que hablan por sí mismas con un poder de significación que traduce (sí, traduce pictóricamente) discursos que moldean nuestros hábitos de consumo, conviene aprender a mirar y a leer, con ojos de traductor, con ojos de periodista, que sepan descifrar qué se cuela entre las grietas de lo no dicho, qué revelan los silencios de lo que “los de arriba” no nos dejan escribir.
Por esta razón, cuando se me invitó a colaborar en este espacio, tuve claro desde el primer momento que, si bien debía contribuir con unas palabras desde mi disciplina, la Teoría de la Traducción, también quería hacerlo con voz propia, tal y como se ha propuesto hacerlo el periodista y escritor que habla y firma en los relatos, noticias y entrevistas que se pueden encontrar buceando en este portal que, si tiene algo, es personalidad.
Y es que, volviendo a mi ámbito de especialidad, encontrarán ustedes abundantes manuales de especialidad que hablen de la Traducción como esa disciplina que trata de trasladar textos de una lengua A a otra lengua B. Pero yo me atrevo a decirles que es mucho más que eso: yo creo que la traducción es todo aquello que implique aproximarse a lo foráneo, a acomodar lo que nos resulta extraño a los sistemas de lo familiar, a aprender a mirar con ojo crítico y a devolver la voz a aquellos colectivos que han perdido la oportunidad de hablar en espacios públicos.
Muy visible, si te fijas
Piensen en todas las novelas de autores extranjeros que han leído gracias a un traductor, las series y películas dobladas o subtituladas, casos de la justicia en los que los acusados o las víctimas eran extranjeros, instrucciones de electrodomésticos en varios idiomas, cumbres de las Naciones Unidas o la Unión Europea en las que mandatarios de una punta y otra del mundo se entienden entre sí gracias a unos auriculares o juicios de crímenes contra la humanidad y operaciones sobre el terreno en zonas de conflicto armado en las que los intérpretes están sometidos a una presión total y absoluta.
Como los periodistas, negociamos, hablamos, dialogamos, damos voz, decidimos cómo representar ciertas imágenes de la inmigración, de la violencia de género, de la mujer. Igual que el pintor selecciona las pátinas que darán color a su lienzo para pintar imágenes de la realidad, nosotros, traductores y periodistas, la construimos pintando con las palabras, construyendo puentes entre culturas, acallando silencios o haciendo que los abruptos acantilados que nos separan se hagan aún más grandes.
El lenguaje es un arma muy poderosa. Sigan leyendo entre líneas, sigan mirando entre las grietas de la imagen, sigan escuchando los silencios, sigan traduciendo su realidad.
Irene Rodríguez Arcos es traductora y miembro del Departamento de Traducción e Interpretación de la Universidad de Salamanca. Acaba de finalizar su tesis, que tiene como temática principal la representación de la mujer en los medios de comunicación y la publicidad.